Soy Sheila y desde que tenía 6 años la danza forma parte de mi vida. Comencé mi camino en la Escuela Municipal de Danza de Lasarte-Oria, donde descubrí la magia del ballet y me formé hasta los 17 años donde decidí continuar mi formación en la Escuela de Danza Estudio 84 de Donostia y teniendo claro que quería convertir esa pasión en mi vocación profesional, teniendo que dejar mi ciudad para iniciar mis estudios profesionales en el Grado en Artes Visuales y Danza con mención en Danza Clásica de la Universidad Rey Juan Carlos en colaboración con el Instituto Superior de Danza de Alicia Alonso.. A lo largo de mi trayectoria he tenido la suerte de haber crecido junto a grandes maestros como Kalan Rocafull y Miguel Soto, gracias a formaciones intensivas de la Asociación de Profesionales de la Danza de Gipuzkoa. No solo la danza clásica ha formado parte de mi formación, también he tenido el interés de acercarme a otros estilos que me han enriquecido como bailarina: desde los estilos urbanos más actuales como el funky, comercial e incluso tintes del hip hop, hasta los más caribeños (salsa, bachata, merengue, chachachá..), o incluso el rock and roll o el vals vienés. Pero no todo es danza en la formación complementaria de una bailarina, disciplinas como la gimnasia rítmica y las artes marciales han sido grandes competencias para la formación física, siendo potenciadores de una visión más completa referente al movimiento. Como profesora, he compartido mi pasión por la danza con niños y niñas de todas las edades en colegios de Madrid y, por supuesto, en Misión Tutú, donde cada clase se convierte en una aventura de aprendizaje, creatividad y diversión. Para mí, la danza es mucho más que pasos y técnica: es una forma de expresión con el exterior pero sobre todo es una vía de conexión con el interior de uno mismo. Mi mayor ilusión es acompañar a mis alumnos en ese camino, transmitiéndoles el amor por el movimiento y la alegría de bailar.